Diario El Aspirante entrevistó a la Lic. Dora Baigorri, donde comenta de qué trata este período que en algún momento puede llegar afectar a cualquier persona. Período conocido como “Ataques de pánico” o también llamado “Crisis de angustia”.
Juliana, 20 años (Estudiante de Psicología): “Esa sensación me agarraba en cualquier lugar, aunque las primeras veces eran cuando estaba sola. Tenía ganas de llorar, taquicardia y temblor en el cuerpo. Sentía que iba a pasar algo malo y que nadie podía ayudarme”.
Manuel, 23 años (Estudiante de Educación Física): “Me pasaba en lugares y momentos distintos, en cualquier momento. Sentía mucha taquicardia, cosquilleo en las manos, sentía angustia y tenia ganas de llorar. Todo el tiempo pensaba que iba a morir y mis momentos lúcidos eran muy pocos. Aunque siempre era consciente de que era todo dentro de mi mente y pensamientos, por lo general, negativos y eso hacía que no pudiera controlarlo. También trate de alejarme de las personas que yo sabía que me hacían mal y que eran tóxicas para mi vida”.
Franco, 23 años (Estudiante de Ingeniería): “Cuando estaba solo en mi departamento tuve episodios repetidos de taquicardia, ansiedad y pensamientos negativos. Lo que hacía era salir a caminar, a respirar aire fresco y tratar de estar con amigos para no sentirme así”.
Esas eran algunas de las declaraciones que brindaron estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba cuando se les preguntó qué sintieron cuando sufrieron de estos episodios en algún momento de su vida. Momentos donde no sabían por qué tenían esos síntomas ni qué les pasaba en su cuerpo.
Diario El Aspirante mantuvo una conversación con la Lic. Dora Baigorri (MP. 8338), egresada de la Facultad de Psicología de la UNC y especializada en Psicoanálisis, donde se adentró a lo que son esos síntomas de angustia que ocurren repentinamente debido a una carga de ansiedad tremenda.
Baigorri comentaba: “La definición clásica de lo que son los ataques de pánico, apunta a la aparición de un miedo y de allí al síntoma. No siempre es así, en gran parte de los casos se da toda la sintomatología física clásica que caracteriza a estos períodos (hiperventilación, taquicardia, sudoración, parestesias, ahogo, entre otras) pero sin ese miedo paralizador, ya que tiene que ver con una crisis de angustia.Dicha crisis se relaciona con lo no dicho“. También recalcó con énfasis que no es un trastorno ni una enfermedad, sino un síntoma de angustia acumulada en el cuerpo, lógica de esta vida y que se presenta así, dando esta alarma, advirtiendo que algo no anda bien dentro nuestro.
Cuando le preguntamos qué hay que hacer frente a la aparición de estas manifestaciones, ella recomendó: “Primero, identificar el cómo, cuándo y la frecuencia de lo que nos pasa. Luego, ir al médico para descartar afecciones fisiológicas, ya que no todo lo que nos pasa es emocional. Y si llegara a persistir estos signos, el médico evaluara si se deriva a la persona al psicólogo”. Allí hizo una pausa para referirse a situaciones graves o fuertes que uno puede vivir y que puede ocasionar estos síntomas: “Si alguien vive una situación fuerte, no es raro que te suceda una crisis de angustia y esta bueno consultarlo con un psicólogo o terapeuta. Sucede que incluso hay veces que se llega a necesitar medicación, cuando la ansiedad es muy grande por lo general.”
Consumir alcohol y/o drogas, ¿influye en la aparición de estos síntomas?
Sobre este apartado, la Licenciada hizo un breve comentario, dejando en claro que el alcohol y las drogas no son causantes de estos síntomas, pero son agentes que pueden llegar a potenciar esta crisis.
Por último, la entrevistada finalizó: “No sólo nos enfermamos por contraer ciertas enfermedades conúnes año tras año, sino que podemos contraer enfermedades psicosomáticas que es cuando el cuerpo no da más, la cabeza no puede hablar ni saber por qué le suceden estas cosas y el cuerpo habla por uno. ”
Vía de contacto:
dorabaigorri@gmail.com
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