Escribe: Javi Boggio
Mariano Saravia cita a Rodolfo Walsh: “Nuestras clases dominantes han procurado que los
trabajadores no tengan historia (…)”. Así comenzó, en el auditorio mayor de la Facultad de
Comunicación Social, la Conferencia: Malvinas, 40 años después. Esa frase del periodista,
buscará cuestionar constantemente las narraciones que la historia hegemónica ha hecho
sobre la herida que Malvinas representa.
En el transcurso de dos horas, les oradores establecerán contextos y bases en común para
poner en cuestión la invasión inglesa y revalorizar el reclamo argentino de ejercer soberanía
sobre su territorio. Para lograrlo, tres procesos serán necesarios: la desmitificación-
deconstrucción de la historia hegemónica, la puesta en valor de los mecanismos
diplomáticos desplegados por la Argentina a través de los años y la exposición de los
intereses que las Malvinas representan para Reino Unido.
En relación al primer punto, para Saravia el desarrollo histórico permitió dimensionar lo que
implican 189 años de invasión territorial contextualizado dentro del colonialismo (y
actualizado como un resabio de colonización).
En relación a los mecanismo diplomáticos, el abogado Guillermo Carmona, funcionario de
la cancillería argentina plantea cuatro puntos para recuperar soberanía: 1) Persistencia en
el reclamo sobre el Reino Unido, 2) Reconocer consensos internos y sumar apoyos
internacionales, 3) Ejercer soberanía sobre los lugares sin disputa con Reino Unido, 4)
Condición de oportunidad, que implica visualizar los contextos históricos propicios para
hacer efectivo el reclamo entendiendo que el mismo, adquiere diferentes dimensiones de
posibilidad en diferentes momentos históricos.
En tercer lugar, una aclaración no menos importante: los intereses
territoriales/marítimos/antárticos que los Ingleses tienen sobre Malvinas: la continuidad de
una lógica colonial, los yacimientos de petróleo, el reclamo ilegitimo de territorio antártico,
entre otros.
En el encuentro que se desarrolló el 20 de abril, se reflexionó sobre otra herida que implica
Malvinas: la guerra. Sobre ese dolor se eleva un último reclamo de soberanía y cito a
Carmona: “No podemos despreciar la sangre de nuestros ex-combatientes”.